Comunicar en agosto. ¿Vale la pena?

comunicar en verano

Se acerca agosto, mes tradicionalmente inhábil en nuestras calurosas latitudes, y un año más surge la pregunta. ¿Vale la pena comunicar durante este mes? Aunque es una pregunta compleja, empezaremos por el final: la respuesta es sí. Un sí rotundo.

La nueva comunicación no es un tren que pasa; es un tren en el que invitamos a viajar a nuestros usuarios. Y a un viajero nunca se le deja en tierra. No tiene ningún sentido que tu marca se pase todo el año insistiendo en su personalidad cercana y empática, para que en agosto hagas la maleta y lances una bomba de humo.

A diferencia de hace unos años, tus seguidores (usuarios, clientes,  potenciales clientes…) siguen receptivos a inputs durante el verano. Esto es especialmente evidente en las redes sociales, que cobran aún más protagonismo que durante el curso (también LinkedIN se consulta en periodos vacacionales).

Por supuesto, no podemos cometer el error de ametrallar a nuestros seguidores con mensajes comerciales (te contaremos un secreto: esto tampoco funciona el resto del año). Se trata de acompañarle en su viaje, adaptar nuestros mensajes a sus intereses y, en definitiva, ejercitar la empatía, ese concepto del que tanto hablamos y que tan a menudo olvidamos.

La nueva comunicación no es un tren que pasa; es un vehículo en el que invitamos a viajar a nuestros usuarios

Pongamos un ejemplo. Supongamos que tu marca de soluciones industriales para el sector del packaging cuenta con una innovadora propuesta que justo acabas de poner a punto y… ¡Stop! Para, para. Tu viajero acaba de pulsar el botón de parada para bajar. Ahora mismo te lee (te leía, porque ha dejado de hacerlo) desde la playa, mientras saboreaba una cervecita fresca. De hecho, por tu culpa ha cerrado la app de LinkedIN y está abriendo Instagram para reírse con vídeos de perros que conducen patinetes. ¿Por qué no te olvidas de tus novedades y te “sientas” con él? Es el momento de compartir anécdotas profesionales, o de sugerir lecturas interesantes, o de compartir un vídeo ingenioso con algún tema que compartís…

¿Y qué hay de la comunicación a prensa?

Bueno, amig@. El gabinete de prensa es otra cosa. Si tu negocio tiene que ver con las actividades veraniegas, sin duda es un buen momento para comunicar a los medios, que como sabes nunca cierran por vacaciones.

Pero si tus novedades no están relacionadas con el periodo estival… toca esperar. Tus usuarios están en redes, sí. Pero la prensa la van a ver como un sutil recordatorio de esa oficina que les espera en septiembre… ¡Vade retro!  Esto aplica también, por desgracia, a los canales verticales. Igual que tú, tus potenciales clientes necesitan desconectar. Y no hay nada peor que ser ese pesado vendedor que te atosiga en una fiesta de amigos mientras tú tratas de desconectar…

¿Y qué hacemos con los mailings? Seguro que ya intuyes nuestra opinión. Eso que durante el año llamamos “target” es en realidad una suma de personas que tienen familias, destinos vacacionales y, en definitiva, necesidad de descansar. Si les envías un correo, que sea para desearles unas felices vacaciones y, tal vez, sugerirles ideas de desconexión, por qué no vinculadas a vuestra actividad en común.

Y en cuanto al blog… ¿Continuamos con él en verano?

Sí, sin duda.

– ¡Pero si me estás diciendo que nuestros clientes están de vacaciones! ¿Cómo van a entrar a leer esto?

Cierto, pero el blog tiene también la función de ayudarte a posicionarte en buscadores. Y esos, los robots y algoritmos buscadores… esos no descansan.

En definitiva: a no ser que tu marca esté en temporada alta (hoteles, restauración, turismo, etc), te recomendamos lo siguiente:

  1. Adapta tus mensajes en redes al ‘modo vacacional‘ de tus usuarios. Muestra empatía.
  2. Mantén activo el blog: ¡los algoritmos no descansan!
  3. Detén las notas de prensa hasta finales de agosto o principios de septiembre.
  4. Reduce una marcha con los mailings, y si los envías, que sea una vez más con empatía.
  5. Y lo mejor: aprovecha tú también para desconectar, buscar nuevas visiones y, sobre todo, ¡cargar pilas!

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